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10 mitos sobre la infidelidad que no deberías creer

Muchos mitos giran en torno a la infidelidad. Estimulan la imaginación, pero también pueden confundir.

El engaño deja profundas cicatrices en la psique humana y el ideal de una relación perfecta se hace añicos en un abrir y cerrar de ojos.

Las heridas emocionales que deja el engaño son similares a las que se sufren tras perder un empleo o ser diagnosticado de una enfermedad grave.

¿Significa el engaño el fin de una relación? ¿Son más infieles los hombres que las mujeres? ¿Es sólo una cuestión de sexo?

1. el engaño es una señal de que las cosas no van bien en la relación

Este mito ignora el hecho de que es normal que todas las parejas tengan problemas en la relación. No existe una relación perfecta, y en todas las relaciones hay desacuerdos y problemas.

Ningún ser humano ordinario lleva una vida perfecta ni está libre de defectos.

Las excusas más comunes para el engaño son «Nunca quieres tener sexo», «No me prestas atención», «Me criticáis constantemente y buscáis errores¡!«

Estas razones pueden ser válidas, pero ninguna de ellas es esencialmente una verdadera razón para engañar.

La investigación ha demostrado que existe una relación causal entre los problemas de pareja y el engaño.

Sin embargo, no podemos decir que los problemas de relación sean la causa principal del engaño.

Las razones más frecuentes son el deseo de algo nuevo, diferente, nuevos conocimientos y nuevas experiencias en el amor.

2. los hombres son más infieles que las mujeres

El segundo mito más común sobre la infidelidad es que los hombres son más infieles que las mujeres.

En general, se dice que la tendencia de que los hombres llevan ventaja en el engaño está empezando a desaparecer, y que las mujeres engañan con la misma frecuencia que los hombres.

¿Y por qué? Principalmente porque quieren algo nuevo y diferente.

El engaño también puede ser un castigo porque la mujer siente que su pareja no la valora lo suficiente como compañera sentimental y no le presta suficiente atención.

Sin embargo, algunos estudios demuestran que las mujeres son mejores ocultando sus mentiras, por lo que a menudo son tan buenas ocultando el engaño que su pareja nunca se entera.

3. el engaño supone el fin de una relación

Es imposible salvar una relación después de engañar a tu pareja. Este es otro mito muy extendido sobre el engaño.

Sin embargo, muchas parejas pueden aprender a reconstruir su relación, y algunas incluso afirman que su relación se ha fortalecido tras el engaño.

Hay muchos ejemplos de ello, y sin duda hay algunos en su círculo más cercano.

Las relaciones siempre resisten el engaño, y eso las hace más fuertes.

Superar las dificultades fortalece la relación y demuestra que ambos miembros de la pareja se quieren lo suficiente como para esforzarse por arreglar las cosas.

Más del 40% de las relaciones sobreviven al engaño, pero aún pueden romperse si se repiten viejos errores.

Lo más importante es que la pareja engañada esté dispuesta a perdonar y que la pareja que cometió el engaño esté dispuesta a admitir el error.

4. el engaño es sólo físico

El engaño es subjetivo, y cada uno tiene su propia idea de lo que significa ser infiel.

Mientras un miembro de la pareja asocia el engaño con el sexo, el otro puede equiparar el engaño con el desarrollo de una relación íntima con un tercero.

Algunos hombres tienden a pensar que sólo el sexo puede definirse como infidelidad, mientras que algunas mujeres consideran infidelidad el flirteo, el baile y el interés emocional.

Las mujeres son más propensas a sentirse engañadas si su pareja ha establecido fuertes vínculos afectivos con un tercero. Por el contrario, es más probable que los hombres se sientan traicionados si la relación con su pareja era de naturaleza más sexual.

Por supuesto, cada uno tiene una idea diferente de lo que significa realmente hacer trampas. Porque aunque una persona pueda pensar en la intimidad física, la infidelidad emocional también puede ser problemática.

Existe un término llamado microfraude.

Este término permite calificar de engaño incluso un comportamiento aparentemente inocente. Cada pareja debe definir por sí misma qué es engaño y qué comportamiento es aceptable y cuál no.

5. una vez engañador, siempre engañador

Otro mito sobre el engaño que no es cierto en absoluto.

Es comprensible que una persona se muestre cautelosa con alguien que le ha sido infiel en el pasado, pero la gente cambia.

Los engaños se producen por varias razones, pero es erróneo decir que una persona que ha engañado antes no puede cambiar y volverse completamente monógama.

Definitivamente cuesta más esfuerzo no volver a caer en los viejos hábitos, pero la gente puede cambiar si se esfuerza lo suficiente.

Si es posible que alguien se convierta en un ex fumador, un ex alcohólico o un ex drogadicto, sin duda es posible convertirse en un ex infiel.

Sin embargo, siempre están los eternos infieles que sólo quieren hacer más y nunca aprenden de sus errores.

6. La mayoría de la gente que hace trampas quería hacer trampas

El hecho es que algunas personas cometen adulterio porque se encuentran en una situación tentadora.

Esto ocurre sobre todo cuando una persona engaña a su pareja con un compañero de trabajo o un empleado.

Las largas horas en la oficina, las conversaciones profundas y las largas jornadas de trabajo pueden crear un entorno en el que engañar resulte natural.

Esto no excusa el hecho de que le haya sido infiel, pero puede estar seguro de que no intentaba engañarle.

Las personas que viven en grandes ciudades también son más propensas a hacer trampas que las que viven en ciudades más pequeñas. Esto se debe a que es más fácil ocultar el fraude en entornos grandes que en los pequeños.

7. los infieles engañan porque no tienen relaciones sexuales con su pareja

Este es otro mito sobre el engaño que no es cierto en absoluto.

El engaño no sólo tiene que ver con el sexo, como ya hemos explicado en la parte anterior del artículo.

Aunque algunos infieles dijeron que habían engañado porque no tenían suficiente sexo en su relación, no dijeron que ésta fuera la razón principal de su infidelidad.

La mayoría de las personas que engañaron a sus parejas dijeron que su aventura les sirvió para llenar un vacío en el que sus necesidades emocionales no estaban cubiertas.

Algunos afirman haber cometido el engaño para vengarse de su pareja, y otros querían más atención de la que su pareja les prestaba.

Así que las razones pueden ser muchas y el deseo de más sexo no es, desde luego, la más común. Se trata del deseo, la conexión, la intimidad, el deseo de juego y la expresión sexual.

8. engañar es bueno para una relación

Se trata de un mito sobre el engaño, creído por quienes lo han cometido.

¿El engaño puede ser bueno para una relación? Se trata de una suposición bastante idealizada de que una relación que sobrevive a la infidelidad se fortalece.

La infidelidad es un acto secreto que implica mentir y esconderse. La pareja puede perdonar y decidir seguir adelante, pero las cicatrices permanecen.

El dolor, la negatividad y las dudas que puedan surgir en el futuro no pueden aportar grandes beneficios.

Entre los innegables hechos psicológicos del engaño está el hecho de que afecta a la psique de ambos miembros de la pareja y cambia la relación para siempre.

Sí, si la decepción se aborda adecuadamente, puede ayudar a una pareja a ser más fuerte que antes de la decepción.

Pero esto también puede lograrse simplemente comprometiéndose a trabajar conscientemente en la relación.

No tienes que ser infiel para fortalecer tu relación. Como ya hemos dicho, la mayoría de las parejas se rompen después de engañar a su pareja.

9. Algunas relaciones son inmunes al engaño

No hay relación que sea inmune al engaño. Hasta la relación más estable puede desmoronarse por un motivo u otro.

Por eso no sólo es importante enamorarse, sino también conservarlo y alimentarlo. Una relación debe cuidarse y mantenerse para que siga siendo feliz, fuerte e inmune a la tentación.

Aunque es cierto que cualquier relación puede ser víctima de la infidelidad, siempre hay formas de reducir este riesgo.

Esto implica pasar tiempo con tu pareja, atender sus necesidades, tener un canal de comunicación abierto y mantener el respeto mutuo.

Especialmente en la era digital, donde engañar a tu pareja se ha convertido en algo bastante fácil, debes esforzarte por mantener viva la chispa.

10. los tramposos no pueden ser buenos padres

Las habilidades parentales no tienen nada que ver con la tendencia de una persona a engañar a su pareja. Una persona puede ser un padre maravilloso, pero no sentirse atraída por su pareja.

Los hijos pueden ser una buena razón para mantener una relación, pero no son suficientes para que ésta dure.

Esta es sólo una de las tristes realidades que la gente se niega a admitir cuando se trata de engañar en las relaciones.

Puede que un padre no siempre actúe moralmente en su vida, pero también es un hombre corriente del que no se puede esperar que sea perfecto.

El engaño no tiene nada que ver con la educación de los hijos, y la afirmación de que las personas que engañan no pueden ser buenos padres es un mito que hay que disipar.

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