¿Se siente más agotado que nunca? ¿Estás tan cansado que no puedes mover ni un músculo? ¿Le cuesta levantarse de la cama por la mañana y ponerse a trabajar?
Seamos sinceros por un momento: ser un ser humano puede ser bastante agotador.
¿Te has preguntado alguna vez si te estás quemando por dentro?
Hay una fina línea entre la fatiga y el verdadero agotamiento.
Como seres humanos, cargamos mucho sobre nuestros hombros y no siempre damos a nuestros cuerpos y mentes el descanso que necesitan para recuperarse.
El reto es que es muy difícil volver atrás una vez que se ha cruzado esa línea.
Los síntomas del agotamiento pueden variar de una persona a otra, pero si notas alguno de los siguientes signos, puede ser el momento de dar un paso atrás y bajar el ritmo.
Contenido
Estás ansioso
Una señal segura de que te estás excediendo es que nunca te sientes realmente descansado.
Aunque no estés haciendo nada especial, no puedes quedarte quieto.
Tal vez no se tome suficientes descansos en el trabajo o pase frenéticamente de un proyecto a otro sin calmarse.
Aunque estés en casa, lo único que haces es pensar en el trabajo y preguntarte si lo has hecho todo en el trabajo.
Por último, cuando intentas relajarte, te cuesta quedarte quieto o calmar tu mente.
Esto puede dificultar que te llenes de energía cuando más la necesitas.
Lloras sin razón
Llorar es un fenómeno humano natural. Debido a las hormonas, las mujeres son más propensas a llorar que los hombres, pero hay una multitud de razones por las que lloran.
Cuando lloramos, nos sentimos aliviados y como si alguien nos hubiera quitado una piedra del hombro.
Dos de estas razones son las más importantes para el agotamiento psicológico: el estrés y las emociones.
Es más difícil controlar las emociones cuando uno está excesivamente estresado.
Por eso nos ponemos a llorar cuando estamos agobiados y no tenemos tiempo para descansar.
Por eso, una clara señal de que estamos agotados y hartos de la vida es que de repente nos pongamos a llorar sin motivo.
No puedes dormir por la noche
Por otro lado, el agotamiento también puede provocar insomnio.
No se dan cuenta de que otras personas dicen que duermen mejor cuando están muy cansadas.
Pero ese no es tu caso.
Te sientes muy cansado pero cuando te acuestas no puedes dormirte.
Es posible que te encuentres repasando la interminable lista de tareas en lugar de dormir.
Entonces también empezarás a sentir presión y, si no duermes lo suficiente, estarás aún más cansado al día siguiente.
Te sientes inútil
El cuarto pilar del agotamiento es el sentimiento de incompetencia, la sensación de que simplemente no se puede ser eficaz.
Esto conduce a la falta de rendimiento y productividad.
Tampoco es raro que te sientas así porque estás tan agotado que no puedes rendir al máximo.
Tú mismo sabes cuánto puedes hacer en un día, pero si no descansas lo suficiente, acabas tan cansado que eres totalmente inútil en el trabajo.
Tómate un día libre para descansar.
Estás enfadado o impaciente
La fatiga mental puede ponerte de mal humor.
Este mal humor también suele empezar cuando llegas a casa y luego discutes con tus compañeros de piso.
Puede estar irascible o irritable y arremeter a menudo contra los demás.
También sabes que no tienes ninguna buena razón para hacerlo, pero simplemente no puedes controlarte.
Es más difícil controlar tus emociones cuando estás mentalmente agotado.
Comes de forma diferente
Los cambios en tus hábitos alimenticios también pueden ser un buen indicador de que necesitas un descanso.
Como se ha mencionado anteriormente, el agotamiento puede hacer que duermas menos, lo que también puede hacer que comas más durante el día para obtener más energía.
En algunos casos, puede descubrir que come menos de lo habitual o que se salta comidas sin darse cuenta.
O puede descubrir que come más de lo habitual y que siempre busca un tentempié, aunque no tenga hambre. Ambas situaciones pueden ser un signo de estrés.
¡Tenga cuidado! Una alimentación irregular puede llevar a comer en exceso. Cuida tu salud y tómate un descanso.
Falta de motivación
Si pierdes el entusiasmo por tu trabajo o te falta la motivación interior, es muy probable que estés sufriendo de burnout.
Antes te gustaba tu trabajo y tu vida, pero ahora es completamente diferente. Sólo sueñas con estar solo, tumbado en tu cama todo el día, sin hacer nada.
Otros signos pueden indicar que le cuesta ponerse en marcha o que le cuesta despertarse por la mañana.
Tu pasión está disminuyendo
Todo el mundo tiene que lidiar con su pasión de vez en cuando, pero el agotamiento conduce a una pérdida duradera de la motivación.
Piensa en esto por un momento: los que estamos en el liderazgo o el ministerio alguna vez tuvimos una pasión por lo que hacíamos.
Lo más difícil es no tener pasión por lo que haces.
Ya sea por tu trabajo o por otra cosa.
Pero la mayoría de las veces, asociamos la pasión con el trabajo.
La pasión te ha dado el liderazgo y es una de las cosas que hace que la vida y el liderazgo sean maravillosos durante un largo periodo de tiempo.
Siempre llegas tarde
A veces la gente simplemente llega tarde por ser quien es.
Nada te parece importante, así que llegar a tiempo o terminar a tiempo ya no te importa. Ni siquiera tienes tiempo de calidad para ti.
Si siempre ha sido puntual y ahora le cuesta salir por la puerta a tiempo, puede deberse a su agotamiento mental.
Evitas a la gente
El agotamiento puede llevar al autoaislamiento.
Todo lo que quieres es estar solo y que nadie te moleste.
Puede sentirse demasiado abrumado para conectar con sus colegas durante el día, e incluso puede sentirse demasiado agotado para pasar tiempo con sus amigos o su familia fuera del trabajo.