La mayoría de los adultos saben gestionar muy bien sus emociones. Con los niños es diferente.
Los niños están en una fase de desarrollo y están experimentando muchas cosas por primera vez y sienten muchas cosas que no pueden entender realmente. Si, además, el niño es empático, el fenómeno se multiplica por cien.
Un empático es alguien que siente mucha compasión, y a veces ésta llega al extremo. Siente la energía que proviene de los sentimientos de los demás y puede identificarse fácilmente con los problemas de los demás.
Cuando un niño es empático, siente el dolor y la tristeza de los demás y puede comprender estos sentimientos como si fueran propios.
Es muy fácil determinar si un niño es empático. Esto es particularmente visible en el fuerte vínculo emocional que tienen con otras personas y también con los animales. Pueden relacionarse muy fácilmente con todos los seres vivos de este mundo que sienten y muestran emociones.
Son sensibles al dolor de los demás porque comprenden muy bien lo que siente el otro.
En muchos casos, se sienten mal porque no saben cómo ayudar a la otra persona, y esto puede llevar al agotamiento emocional.
Si sospecha que su hijo es empático, aquí tiene algunas señales. Cuanto antes descubras que tu hijo es empático, antes podrás actuar e intentar enseñarle a gestionar mejor sus emociones.
Contenido
11 señales de que su hijo es especialmente empático
Cuando un niño es empático, es muy sensible y más receptivo a las personas y situaciones que le rodean.
A continuación se detallan las características de los niños empáticos que puede reconocer en su hijo.
1. no es fácil conciliar el sueño después de un día agotador
Los niños empáticos necesitan dormir y descansar mucho.
Cuando han tenido un día agotador, pueden tener dificultades para conciliar el sueño porque aún no han procesado lo que han vivido ese día.
Sus mentes siguen despiertas y su atención es mayor, y parece imposible que el niño se duerma.
2. suelen estar sobreestimulados
Los niños empáticos no sólo son sensibles a los sentimientos de los demás, sino también a otras cosas.
Son sensibles a la comida, el sonido, la luz, la textura, el frío, el calor y muchas otras cosas.
Como son hipersensibles a muchas de estas cosas, se ven rápidamente abrumados por las impresiones sensoriales.
Por ejemplo, si tu hijo es muy sensible a los ruidos de una gran ciudad, seguro que es empático y será mejor que crezca en el campo, donde hay tranquilidad.
3. tienen una intuición especialmente buena
Los niños y las personas que son empáticos están mejor conectados con su corazón y su ser interior. Su mundo emocional puede ayudarles a entender mejor algo o una situación.
Si alguien tiene un aura negativa o es de alguna manera una persona negativa, puede sentirlo muy bien, porque puede sentir mejor las vibraciones de la energía negativa.
Si su hijo es empático y le dice que tiene un mal presentimiento sobre una persona, esto puede ser una pista. Por eso debes dar a tu hijo la libertad de hacerse amigo de quien quiera y no presionarle para que haga nada.
4. No les gustan las cosas nuevas
Los niños empáticos tienen problemas con todo lo nuevo.
Les gusta la rutina y no les gustan los momentos de sorpresa, ya que tienen que aprender a asimilar cada nueva situación.
Esto es diferente de las personas que no son muy sensibles y empáticas. De hecho, cuando una persona «normal» se encuentra en una situación nueva, no piensa mucho en lo que ha pasado.
Con los empáticos, es exactamente lo contrario. Toman mucho tiempo para asimilar una nueva situación y poner todo en su lugar.
Por eso, experiencias como una mudanza, un viaje o un cambio de colegio deben hacerse paso a paso.
5. meditar sobre los errores
Como el niño empático se involucra más rápidamente y más profundamente en un asunto, le resulta más difícil salir de él.
Para estos niños es especialmente difícil experimentar el fracaso o cometer un error.
No pueden dejar de pensar en ello y lo meditan durante días.
En muchas situaciones, no pueden perdonarse por no haberse dado cuenta del error a tiempo, por no haberse esforzado más o por no haber estado mejor preparados para algo.
Si tu hijo es empático, debes enseñarle que es perfectamente normal equivocarse en la vida, ya que los errores son una parte normal de la vida.
6. amor a la soledad
A los niños empáticos les gusta estar solos.
Esto no significa que estos niños sean muy retraídos o que no sean alegres. Pueden ser muy felices en compañía de otros, pero necesitan tiempo para sí mismos.
A veces necesitan tiempo para estar solos cuando tienen demasiadas cosas a la vez y necesitan tiempo para regenerarse. El niño sabe exactamente cuándo es el momento de retirarse del mundo y de las impresiones.
7. desenmascarar las mentiras
Gracias a su especial intuición y a su buen olfato, saben exactamente cuándo alguien miente.
No se trata de niños muy pequeños, sino de aquellos que ya han adquirido cierta experiencia con las personas y su comportamiento.
Cuando alguien miente, se dispara en él una señal de alarma y sabe exactamente si algo va mal con una persona o una situación.
8. reaccionan a todo de forma hiperemocional
Estos niños sienten y experimentan todo mucho más intensamente que la persona media.
Por ejemplo, si les llevas de paseo y ven un animal herido, se pondrán a llorar o se pasarán el resto del día hablando sólo del animal herido, porque se culparán por no haber podido ayudar al animal. Sentirán el dolor del animal y no poder ayudar es un dolor para ese niño.
También hay que mencionar que hay que tener cuidado con el manejo del niño. Una mirada severa de tu parte puede herir al niño y hacerlo llorar.
Si el niño ha hecho algo malo, debes hablarle en un tono de voz normal, ya que los gritos sólo empeoran la situación.
Si tu hijo llora por un pájaro muerto tirado en la calle, es una clara señal de que es empático.
9. un vínculo especial con la naturaleza y los animales
Estos niños tienen una profunda e importante conexión con los animales y la naturaleza.
Se sienten atraídos por todo lo que es benigno y no agresivo.
La tranquilidad de un bosque o un prado es muy buena para ellos, porque los ruidos, los olores y la luz no son demasiado fuertes, a diferencia de los de una ciudad.
Tienen un amor y un afecto especial por los animales. Les gusta cuidarlos y hacen todo lo posible para que el animal se sienta bien y tenga todo lo que necesita.
Dar a este niño una mascota es una bendición.
10. dificultad para tomar decisiones
Una característica típica de los niños muy sensibles es que les cuesta tomar una decisión.
Se trata de diferentes detalles y sutilezas que les dificultan tomar una decisión.
Por ejemplo, si tu hijo tiene que elegir una tarta, tardará mucho en decidirse.
Cuando el niño es todavía muy pequeño, no hay ningún problema en que la madre tome decisiones, pero el niño debe empezar a tomar sus propias decisiones a una edad temprana, ya que esto genera confianza.
11. el niño empático, una bendición y un reto
Criar a un niño empático puede ser un reto para los padres. Esto es especialmente cierto para los padres que no son demasiado sensibles y que quieren que su hijo sea como ellos.
Deben saber que es muy importante ser tolerante con un niño empático.
No hay que ser demasiado duro con las reacciones y el comportamiento del niño y hay que centrarse en ayudarle a superar los momentos difíciles reduciendo la estimulación.
Dale a tu hijo un hogar estable, mucho amor y calor, y eso es todo lo que necesita para ser feliz.
El mundo sería un lugar mejor si hubiera más personas que tuvieran más empatía y se preocuparan por los sentimientos de los demás.
Imagina que el presidente de un país fuera empático y todos los miembros del gobierno fueran empáticos. Sería el país más feliz del mundo.
Nunca debemos olvidar que estos niños son la bendición del mundo.