En nuestra sociedad solemos decir que cuando a alguien le va bien es que tiene «suerte» y cuando a alguien le va mal es porque tiene «mala suerte» y bueno… eso es lo que tenemos So panchos. También utilizamos expresiones como «Tiene una estrella de la suerte», «Viene con una hogaza de pan bajo el brazo» o «Tiene una flor en el culo». La felicidad es algo que nadie ha visto pero de lo que todo el mundo habla. Ni siquiera hablamos de rituales, de cómo si no digo eso porque me traerá mala suerte, que si no me meto debajo de una escalera por lo mismo, que sí, Dios mío, hay un gato negro allí. Esto de la felicidad es estresante.
¿Cómo es eso de la suerte?
Pero… ¿cómo se supone que traerá suerte? ¿Es una fuerza cósmica que atrae cosas positivas hacia ti? ¿Y mala suerte? ¿Es algún tipo de maldición que algunos llevan consigo que les impide hacer algo bien? Como casi todo hijo de vecino, yo mismo creía en la felicidad, pero hubo un día en que todo cambió para mí.
El día que entendí todo
Viajaba incomunicado en el avión con muchas horas de antelación cuando me di cuenta de que en los documentos de mi iPad había una historia que aún no había leído: «Buena Suerte» de Alex Rovira. Como no tenía nada mejor que hacer, me puse a leerlo. Resultó ser una historia muy entretenida que leí enseguida. Cuando terminé sentí que tuve una revelación, sentí que algo había cambiado dentro de mí, ese fue el día en que dejé de rendirme a mi destino y decidí avanzar conscientemente hacia su trabajo para que las cosas sucedan.
Muchos años antes de leer esta historia y considerar seriamente la felicidad, me preguntaron cómo iba el trabajo. Dije que fue fenomenal porque «he tenido mucha suerte» y esta persona me dijo que no me contuviera para que hiciera algo bien.
NO OLVIDES TUS MÉRITOS Y CIRCUNSTANCIAS
Creer en la felicidad significa precisamente que cuando creemos que tenemos suerte, nos quitamos el mérito de haber hecho algo bien o ignoramos que tuvimos circunstancias favorables (ya sea porque las creamos nosotros o porque nos las dieron). Cuando atribuimos el fracaso a la mala suerte, asumimos la responsabilidad de hacer algo mal o ignoramos el hecho de que nuestras circunstancias no eran favorables en ese momento.
Por lo tanto, es muy difícil avanzar. Creer en la suerte es como subirse a un barco e ir donde te lleve la corriente. Si logras alcanzar tu objetivo, solo será una oportunidad, y tienes grandes posibilidades de terminar en lugares en los que no quieres estar. Lo que más me gusta hacer es encontrar el timón del barco y dirigirlo hacia donde quiero o donde puedo, según mis circunstancias. Es muy, muy, MUY importante que te saques de la cabeza la idea de la buena y la mala suerte porque hasta que no te deshagas de estos conceptos no entenderás que realmente está en tus manos y no en el destino, um cambiar o mejorar tus circunstancias ¿Ves la liberación que eso significa?